EL CONSUMO DE ALCOHOL COMO UNA OPCIÓN DE OCIO ENTRE LOS ADOLESCENTES

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El alcohol es una sustancia socialmente aceptada y legal que además es muy fácil de conseguir incluso si no se llega a tener la mayoría de edad. La gran mayoría de los festejos no se conciben sin alcohol, relajarse después del trabajo, una charla con la pareja, una salida recreativa con amistades o la celebración de un acontecimiento conllevan alcohol sin cuestionarse.
De hecho, en otras sociedades la ingestión de alcohol se puede ver como una obligación social, dentro de los patrones sociales y culturales. El alcohol forma parte de nuestras costumbres en las celebraciones, tanto familiares, grupos de amigos, sociales e incluso en las religiosas. Sólo hace falta asistir a cualquier tipo de evento para comprobar que el consumo de bebidas alcohólicas forma parte de la fiesta como conductor del proceso y como hecho simbólico de un ritual social (J.Gusfield, 1966).
Sin embargo, el alcohol es potencialmente adictivo y la línea entre la recreación y la adicción es delgada. El estado emocional, el contexto social y los antecedentes de consumo de otras sustancias son factores determinantes en la posibilidad de desarrollar una dependencia a beber. Además de la cantidad de alcohol en exceso, es importante tomar en cuenta que cuando una persona tiene problemas al beber o lo hace como estrategia de escape emocional, sea un trago o diez, estamos ante una situación de alcoholismo.
El alcoholismo, se puede definir como la incapacidad de controlar el consumo de alcohol debido a una dependencia física y emocional. Una de sus principales características es el consumo recurrente de alcohol a pesar de los problemas legales, de salud, familiares y laborales que esto causa en sus vidas. El alcoholismo o dependencia de alcohol es una enfermedad que causa:

  • Ansia: Una fuerte necesidad de beber.
  • Pérdida de control: Incapacidad para dejar de beber una vez que se comenzó.
  • Dependencia física: Síntomas de abstinencia.
  • Tolerancia: La necesidad de beber cada vez más cantidad de alcohol para sentir el mismo efecto.

El consumo excesivo de alcohol puede aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer. Puede conducir a enfermedades del hígado como hígado graso y cirrosis. También puede causar daño al cerebro ya otros órganos. El alcohol también aumenta el riesgo de muerte por accidentes de tránsito, lesiones, homicidios y suicidios.
El tratamiento para el alcoholismo empieza aceptando que se tiene una enfermedad, que no es un estilo de vida sino un problema de salud que debe atenderse por profesionales. Cuando distinguimos la diferencia y nos damos cuenta de cómo el consumo de alcohol frecuente y en exceso está afectado la vida cotidiana y el contexto de nuestro ser querido, el siguiente paso es buscar asesoría profesional.
Un tratamiento en una Institución profesional para el alcoholismo y las adicciones se caracteriza por su equipo interdisciplinario que atiende de manera integral las causas de la adicción; generando una estrategia personalizada a cada uno de los usuarios.
Recuerda que pedir ayuda es el paso fundamental para salir de una situación de alcoholismo, aunque nuestro ser querido no esté reconociendo el problema o aceptando la ayuda, un profesional en adicciones y alcoholismo puede asesorar a la familia para diseñar la estrategia más adecuada para que acepte un tratamiento.
Iniciar el camino de la recuperación empieza con una llamada, en CAMINOS POSIBLES, te asesoramos de manera gratuita y sin compromiso, siempre hay un camino mejor, estamos para ayudarte.

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