«EL SÍNDROME DE PETER PAN Y LAS ADICCIONES»
El síndrome de Peter Pan, se puede definir como un con junto de rasgos personales que se caracterizan por mostrar una gran inmadurez emocional en la edad adulta, las personas con estos rasgos, presentan un desfase patológico entre su edad cronológica y su edad emocional, es decir, que a pesar de ser ya personas adultas, continúan con un comportamiento completamente infantil, en donde no asumen responsabilidad alguna y viven en un mundo de fantasía, si bien, el nombre viene de la famosa película «Peter Pan» quien es un niño que nunca crece, tiene diez años y odia el mundo de los adultos.
Este síndrome no es un término científico dentro de la psicología, ni cumple con criterios para diagnosticarlo, sin embargo, son rasgos de personalidad con los que los psicólogos a través de la observación identifican la negación para aceptar las responsabilidades de la vida adulta, pareciera que se quedan estancados en la etapa de transición de infancia y adolescencia, es decir, que no se tiene una madurez psicológica y no son capaces de desenvolverse en la vida sin ayuda o apoyo emocional de otras personas.
A continuación, plasmaremos los síntomas o signos que puede manifestar un adulto con el Síndrome de Peter Pan:
- Altibajos emocionales. No son capaces en controlar la ira o pueden sufrir crisis de ansiedad.
- Inseguridad y falta de autoestima, aunque a veces parecen personas arrogantes.
- Carpe Diem, no quieren pensar en el futuro (carácter irresponsable).
- Comportamiento impulsivo y si algo no les sale bien es la culpa de los demás.
- Inmadurez generalizada.
- Idealizan la juventud para negar la madurez.
- Viven fuera de la realidad o en un mundo de fantasía, hablan de proyectos no alcanzables, negocios prósperos o amores increíbles. Exageran los logros.
- Narcisistas, egoístas y egocéntricos.
- Baja tolerancia a la frustración.
- Intentan conseguir cosas sin grandes esfuerzos.
- Tienen miedo a la soledad y al compromiso (responsabilidades).
- Presentan problemas con sustancias adictivas.
El origen de este padecimiento esta directamente relacionados con la infancia, puede deberse tanto a haber sufrido demasiado y pasar por una niñez sin afecto o por el contrario a haber pasado por una niñez feliz y despreocupada misma que se idealiza en la etapa de adultez.
Algunas condiciones que pueden influir en el desarrollo de este Síndrome son los siguientes:
- Una infancia demasiado permisiva, sin límites, ni reglas, ni responsabilidades ni exigencias, en donde los padres ceden con facilidad ante cualquier demanda de sus hijos.
- Sobreprotección familiar, en donde la familia evita que los hijos o menores afronten por si mismos los problemas que se le presentan en el día a día.
- Carencia del sentido de protección.
- Problemas emocionales.
- Infancia marcada por falta de afección estable. Al no haber recibido amor, ahora no es capaz de dar amor.
- Asignación de responsabilidad excesiva durante la infancia.
Como ya se menciono anteriormente, una de las características de este síndrome o de las personas que lo padecen es el consumo de sustancias que generan adicción es por ello tan importante que, como familiares cercanos y allegados, logremos identificar estos rasgos de personalidad, puesto que al hacerlo a tiempo se le puede ayudar a quien lo presenta para evitar alguna situación grave de adicción. Por otro lado, si ya se presenta la adicción, es muy importante brindarle una atención profesional en la cual se le apoye y se le brinden las herramientas para que pueda lograr una madurez emocional a la par de que se trabaje con su problemática de adicción.
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