«RELACIONES DE PAREJA, NO TODO ES COLOR DE ROSA»
Si bien como el titulo lo menciona el día de hoy les hablaremos sobre las relaciones de pareja.
Como en todas las parejas hay periodos de enamoramiento y otros en los que este ha pasado. Los factores que más influyen para que una relación, que está en la cumbre del enamoramiento, empiece a descender y se convierta en una relación “sin luz”, son los siguientes:
- La rutina. Todo lo que en su momento era novedoso, y agradable al comienzo empieza a convertirse en esa rutina tan conocida, que en muchos casos quita parte de la fuerza y del estímulo del que se alimenta la relación amorosa.
- La falta de novedad. Los hechos empiezan a repetirse, la persona pasa de ser una interrogación constante a un libro abierto, que sin pudor nos enseña cada una de sus páginas. En esa transición que va de lo desconocido a lo familiar, donde las sorpresas dejan de hacer acto de presencia, una parte importante del “halo” que encumbraba la relación empieza a desvanecerse.
- Disminuyen los refuerzos. Con la rutina y la falta de novedad llega la relación cotidiana, y en ella empezamos a repetir los esquemas que tenemos tan grabados y que nos surgen de forma automática. La mayoría de las personas tienen más arraigado el hábito de decir lo que no les gusta, que el de profundizar y resaltar lo que les agrada. Salvo en la primera fase de conquista y enamoramiento, parecemos empeñados en mostrarnos críticos, en lugar de potenciar una visión positiva y esperanzada, en la que reforcemos constantemente lo que el otro hace bien. Se terminan las frases bonitas, los comentarios que nos halagan, las miradas llenas de admiración, y pasamos al silencio, a las palabras frías y a las miradas serias y distantes.
- Comienza la desmotivación. Ya no nos produce tanta ilusión ver a la pareja. Lo que antes nos hacía gracia, ahora puede molestarnos. Los suspiros que encierran quejas o lamentos sustituyen a la aceleración del pulso, a la falta de respiración que sentíamos al ver a esa persona tan especial que llenaba nuestros pensamientos.
- Empiezan a aparecer los problemas típicos de las relaciones y las dificultades patentes de la convivencia. Los puntos divergentes ganan cada vez más terreno.
- Discrepancias en el uso del dinero, en la forma de ganarlo, de gastarlo, en lo que constituyen necesidades y lo que significan caprichos…
- Pueden surgir injerencias por parte de la/s familia/s de la pareja, o del círculo de personas más cercanas: amigos, compañeros de trabajo, socios…
- Aumenta el nivel de exigencias, en la misma proporción en que disminuye la paciencia y empiezan los puntos de desencuentro. Las amonestaciones, incluso las broncas, desplazan a la comunicación positiva y reforzadora.
- El tema de los hijos puede ser conflictivo, y no solamente porque uno quiera tener niños y el otro no, sino porque surjan después serias dificultades en lo relativo a su educación, a los valores que quieran inculcárseles, las expectativas que cada uno tiene con la prole…
- Las relaciones sexuales cada vez apetecen con menos intensidad y frecuencia. La creatividad y la complicidad dejan paso a la rutina en esta área tan íntima.
- Empezamos a sentir poca independencia. El sentimiento de falta de libertad hace mella en nosotros y añoramos aquellos momentos en que no teníamos que justificar en qué empleábamos nuestro tiempo.
Cada persona tendrá unas expectativas diferentes, y según las mismas decidirá cómo debe ser su relación afectiva. El problema surge cuando la pareja no es consciente de estas expectativas, cuando las conoce, pero no las valora en su justa medida, o cuando es incapaz de satisfacerlas en el campo de actuación que le competen.
Las diferencias son individuales, pero la realidad es que muchas mujeres esperan cosas parecidas, y la mayoría de los hombres tienen expectativas semejantes.
En general, la mayoría de las mujeres esperan que sus parejas les proporcionen:
- Afecto: a diario.
- Ternura: frecuentemente.
- Mimos: en los momentos bajos.
- Sentirse escuchadas: a diario.
- Sentirse valoradas: frecuentemente.
- Sorpresas y detalles: de vez en cuando, pero sobre todo en los momentos bajos.
- Frases llenas de cariño, donde les digan que las quieren: frecuentemente.
- Paciencia: frecuentemente, y sobre todo en los momentos bajos, durante el síndrome premenstrual y en los días de molestias de la regla. Aceptación de sus intuiciones: frecuentemente. …
Por su parte, muchos hombres esperan que sus parejas les proporcionen:
- Unas relaciones sexuales permanentes y llenas de pasión, donde además su pareja le diga que es un auténtico artista del sexo.
- Sentirse valorados en todas las áreas, personales y profesionales.
- Sentir reforzada su autoestima y su seguridad personal.
- Sentirse importantes para la mujer: saber que está satisfecha con él, que cubre sus expectativas y sus necesidades.
- Tener cierta libertad de acción y tiempo libre para ellos. …
Cuando la relación duele.
Para que pasemos de la admiración al dolor tiene que darse un hecho previo: la persona nos tiene que importar; en caso contrario, pasamos de la admiración a una valoración negativa, que no implica trascendencia alguna sobre nuestro estado emotivo. El dolor se puede justificar si viene de un hecho ajeno a la pareja, y además es irremediable –un accidente, una muerte…–, pero nunca podremos justificar un dolor que es producto de la incomprensión o de la agresión de una de las partes.
Los factores claves que ha de tener en cuenta una pareja para poder superar una crisis, son:
- Que una relación de pareja no podrá funcionar si previamente, y por ambas partes, no existe un respeto mutuo y una valoración de la otra persona.
- La relación tampoco funcionará si uno de los dos integrantes se siente humillado o injustamente tratado.
- Ambos miembros de la pareja tienen que sentir libertad para expresar libremente sus emociones, con un único condicionante: lo harán sin herir, sin machacar o vejar al otro integrante de la pareja; al menos no lo harán de forma deliberada o consciente.
- Que una relación tiene que ser equitativa para que funcione; es decir, uno no puede estar bien a costa del otro.
- Que no podemos tener una conducta fraudulenta. La relación no se puede basar en el engaño.
- Para que la pareja se encuentre bien, ambos deberán sentirse queridos, en la forma que necesiten, por la otra persona.
- La relación de pareja hay que cuidarla día a día.
Ni la continuidad en una relación es sinónimo de éxito, ni la ruptura implica fracaso.
No obstante, el estar en equilibrio en la relación favorece en el bienestar propio, a su vez el superar una crisis en la relación la fortalecerá más dándose a conocer cada vez más.
El tema de la pareja es importante en las Adicciones ya que cuando se esta en crisis se puede correr el riesgo de que una de las partes o ambas puedan acercarse al consumo de sustancias y por lo tanto generarse una ADICCION. Es por ello que en Caminos Posibles le damos la importancia necesaria, y trabajamos con nuestros usuarios en esta área para que consiga desarrollar herramientas y recursos que les permita afrontar tales situaciones.
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