¿CÓMO LIDEAR CON LAS PREOCUPACIONES?
Lamentablemente hoy en día, vivimos prisioneros de las preocupaciones, que si las cuestiones económicas, que si la escuela de los niños, que si las relaciones familiares, etc. En fin, nos invade un cumulo de “situaciones preocupantes”, que nos llevan a angustiarnos más, y al dejarnos llevar por esta angustia, lejos de aminorar el malestar, este crece.
Las preocupaciones son cadenas de pensamientos que no llegan a conclusión alguna y generan altos grados de ansiedad, así como emociones desagradables que generan pensamientos negativos, además ellas perjudican de manera directa la salud.
Es por ello que hablaremos de algunos tips para luchar con ellas:
- No amargarnos por lo pasado. Si hubo un fracaso conviene examinar tranquilamente en qué estuvo nuestro error para evitarlo en adelante. Pero no agobiarnos y sufrir inútilmente por algo que ya pasó y que no se remedia con el sufrimiento.
- No dejarse dominar por una ansiedad de lo que quizá vendrá mañana y que muchas veces no viene. Hay que planear convenientemente el futuro y poner medios para mejorar. Pero no es bueno el abrumarse por temor a cosas que, si nos esforzamos, no sucederán. Cristo nos pide confianza en Dios y que dominemos la demasiada preocupación por el mañana. Dice: «No se inquieten pues por el mañana, porque el día de mañana ya tendrá sus propias inquietudes. Bástele a cada día su propio afán». Dicen que el noventa por ciento de cosas futuras que uno teme, no se realizan. Atengámonos al noventa por ciento y no estemos agobiados por el diez por ciento.
- Si nuestra preocupación es por algo presente, es útil el analizar cuidadosamente el problema, ver si de verdad se da y por qué viene. Luego buscar lo que se puede hacer para solucionarlo, y finalmente decidirse por alguno de los medios que aparecen. Si esto se hace por escrito será mucho mejor.
- No hacer grande lo pequeño. No agitarse por naderías. Válgase de aquel dicho popular: «Más se perdió en el diluvio»
- Alegrarnos de lo que tenemos y no estar con la atención fija en lo que no tenemos y que quizá ni falta nos hace. Muchas de nuestras exigencias no nos hacen felices, sólo crean servidumbres y preocupaciones.
- No hagamos caso de críticas, calumnias o burlas. Hagamos el bien y dejemos que critiquen. Es frecuente que se critique a personas que valen y precisamente porque en algo se están destacando.
- El encomendarse a Dios y confiar en su poder y en su amor a nosotros, disipa muchas preocupaciones. La oración confiada es de los mejores medios para tranquilizar en los problemas y para resolverlos mejor.
- Finalmente, para conservar buen ánimo es muy útil el descansar suficientemente, no agotarse en el trabajo. Recuerda el dicho: «El trabajo no se acaba y nosotros sí nos acabamos». Y el otro: «Hay más tiempo que vida»
Es importante lograr un control en nuestros pensamientos, de esta manera podemos evitarnos muchas situaciones de desagrado así como inclusive enfermedades, como lo puede ser el desarrollar una Adicción, como una forma errónea de canalizar el malestar.
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