El consumo como búsqueda de identidad

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Cuando se habla de la Búsqueda de Identidad nos referimos a la identidad personal, esto es, la percepción individual que alguien tiene sobre sí mismo, basándonos en la pregunta ¿Quién soy yo? Esto permite diferenciarnos del resto de las personas.

Pero… ¿Cómo se forma la identidad personal?

Cada ser humano en el transcurso de su vida ha ido formando su identidad de acuerdo a los hechos, situaciones, personas o lugares, con las que ha estado familiarizado durante las primeras etapas de la vida, específicamente la adolescencia.

En este momento de la vida nuestro cerebro sufre diversos cambios debido a que se está terminando de desarrollar, lo que provoca una crisis de identidad en la cual, los jóvenes buscan quien ser y cómo actuar a través de actividades específicas que determinan su rol en el mundo.

Sin embargo, las crisis de identidad no aparecen únicamente en la adolescencia sino durante toda la vida, y sucede cada que estamos expuestos a situaciones agobiantes que causan confusión y desequilibrio, por ejemplo: la pérdida de un ser querido, de una pareja, de un trabajo, entre otros (o como se señala anteriormente; la adolescencia).

Para lidiar con estos problemas de identidad, las personas habitualmente buscan una fuente de apoyo en donde puedan expresar libremente la manera en la que ven y perciben al mundo y la forma en la que sienten y viven sus experiencias, generalmente para los adolescentes esta fuente de apoyo son los amigos.

Dificultades en la búsqueda de identidad

Cuando una persona presenta dificultades en su búsqueda de identidad se ve obligado a tomar alternativas que le generen un sentido de pertenencia, y en algunas ocasiones lo que sucede es que terminan aislados, fuera de su familia, sus amigos, su trabajo y escuela, de tal manera que aprenden a ser personas inseguras, llevándolos a tener menos tolerancia frente a situaciones que generan frustración, debido a que no saben cómo comunicarse y expresar lo que sienten.

Como resultado, buscan nuevas formas de lidiar con sus problemáticas recurriendo a prácticas que habitualmente ponen en riesgo su salud como un medio de fuga en el que buscan salir de su realidad, hablamos, entonces, que experimentar con el consumo de sustancias puede ser una conducta de riesgo.

El estilo de vida de consumo genera la falsa creencia de lidiar con los “conflictos”, adoptando con su grupo par, nuevos estilos de vestir y hablar, de ser y actuar cambiando su forma de relacionarse por otra más agresiva, esto se toma como un refugio.

En este punto, las personas creen que han establecido su identidad en este nuevo ambiente en el que se sienten cómodos y seguros; esta creencia alimenta que el consumo continúe hasta que se genera una dependencia a las sustancias lo que desencadena una adicción.

La adolescencia es una etapa importante en el desarrollo y establecimiento de la identidad, por lo tanto, es un momento oportuno para que se trabaje la prevención del consumo de sustancias y de esta manera evitar el desarrollo de una adicción. Sin embargo, cualquier momento en el desarrollo de la vida humana es pieza fundamental para reforzar y trabajar en el crecimiento personal permitiendo así a los individuos tener habilidades sociales que le permitan desenvolverse de manera positiva con otras personas, para que construyan un ambiente saludable, donde puedan expresar sus sentimientos y desarrollar las herramientas necesarias para afrontar los problemas que surjan en su vida diaria y en particular los conflictos de identidad.

En Caminos Posibles trabajamos con un modelo integral en el cual se le proporciona al usuario las herramientas necesarias para que consiga definir su identidad y darse cuenta que el consumo de sustancias no es necesario ni para definirla ni para sentirse perteneciente a algún grupo, de igual manera apoyamos a que la persona aumente su autoestima y seguridad.

 

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