APEGO DISFRAZADO DE AMOR
APEGO DISFRAZADO DE AMOR
Como padres tenemos una única tarea y esa es la de brindarle las herramientas necesarias a nuestros hijos para enfrentar la vida, prepararlos para valerse y sepan enfrentar el mundo exterior.
Sin embargo, pese lo anterior, hay padres de familia que ven a los hijos como una propiedad, como aquello que los salvara de sus temores y los protegerán de su vejez, por lo que no les permiten extender sus alas a ese mundo tan maravilloso, a un deseo de superación, a que conozcan el amor.
Con el supuesto afán de amar y la justificación de proteger a sus hijos, estos padres no dan oportunidad a sus hijos de conocer, conocerse ni de desear una vida propia.
Se les enseña a vivir con miedo generando un apego mutuo enfermizo, donde ni unos ni otros no pueden vivir sin el otro, los padres no pueden vivir sin sus hijos y estos, a su vez, tienen miedo de estar sin sus padres, es un temor a la soledad y a pensar “que hare sin mi hijo”, “que hare sin mis padres”.
Mientras que en muchas familias los hijos salen a conocer el mundo, a experimentar la vida y conocer las maravillas de esta, los hijos con apego a sus padres ni siquiera lo intentan, y la responsabilidad de esto recae en los padres.
Y así esos niños van creciendo hasta ser adultos sin tener una idea siquiera de lo que es buscar una vida propia, incapaces de imaginarla y aun disfrutando de que la madre aún les lave la ropa, les cocine y hasta les arregle su habitación, viviendo su adultez en un papel de niños, obedeciendo, siendo castigados, sin libertad alguna y menos un sentido de responsabilidad.
Te invitamos a que te relajes y te des un momento para reflexionar, pregúntate a ti mismo, que tanto estás viviendo para ti, que tan definidos tienes tus planes a futuro. No esperes a que alguien dependa de ti, ni que tu dependas de alguien, se libre, permítete vivir sin necesidad de los otros.
Aprende a ser feliz solo/a, comete tus errores, aprende de ellos, ve superando paso a paso la vida cayendo ante los obstáculos y levantándote cada día más fueres, en pocas palabras. ¡Aprende a vivir!
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