CODEPENDENCIA FAMILIAR
Es sabido para todos que cuando una persona está involucrada en el consumo de alcohol y/o drogas no solo se provoca daño a sí mismo, sino también al entorno social en el que se desarrolla y a las personas que lo rodean, afectando principalmente a los miembros de su familia, como son padres, hermanos, conyugues e hijos.
Y esta afectación de la que hablamos, se presenta a nivel emocional y físico, generando en la mayoría de las ocasiones una relación codependiente entre la familia y el adicto, en este caso, es la familia quien procura atención y energía al usuario de drogas, haciéndose muchas veces responsable de los pensamientos, sentimientos y las acciones del otro, lo que le genera sentimientos de miedo, tristeza, inseguridad e incluso resentimiento y odio.
Por ejemplo, lo habitual es ver a una esposa o madre sintiéndose responsable de la adicción de su pareja, justificándolo por sus acciones y dando excusas para ocultar o evitar que haya consecuencias negativas de su adicción, culpándose a sí misma de la situación con pensamientos como “si le dedicara más tiempo, quizá él no tendría necesidad de consumir”, lo que lleva a que en su papel de esposa, madre o cuidadora, busque tener el control de manera compulsiva de él y los demás miembros de la familia para buscar seguridad.
Otro de los síntomas que se presentan en la codependencia, es el hecho de silenciar o esconder la situación, así como la existencia de sentimientos de culpa, incapacidad o enfado, generando aislamiento y por ende, negando el problema.
Lo anterior, nos lleva a reflexionar que al hablar de adicción, hablamos también de codependencia, ya que una no puede existir sin la otra, ambas, como proceso de adicción comparten las mismas características de negación, obsesión, compulsión y pérdida de control, viviendo en una ambivalencia entre culpar al otro de todas las desgracias y a la vez culparse a sí mismo de las desgracias del otro.
Por ello, es importante que todos los miembros de la familia se involucren en el proceso de recuperación, ya que en un primer momento, todos formaron parte de la conducta adictiva, y es en la fase de recuperación, en la que lo ideal es que cada persona se haga responsable de sí misma, lo que implica aprender una nueva conducta y nueva forma de relación en la que nos enfatizamos en el cuidado de sí mismo.
Por lo tanto, cada miembro de la familia debe comenzar a reconocerse verdaderamente, reconocer cuáles son sus deseos y necesidades, darse la oportunidad de identificar y reconectarse emocionalmente con el dolor y sobre todo, buscando acompañamiento seguro y profesional.
Recuerda, no estás solo, acércate y pide ayuda, “Caminos Posibles” es un Centro Profesional de Tratamiento en Adicciones y Problemas Emocionales en donde a través de diferentes disciplinas se brinda una atención especializada y personalizada , donde puedes desarrollar diferentes habilidades y estrategias que te permitirán frenar tu adicción y mejorar tus relaciones interpersonales.
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