¿EL DOLOR PUEDE LLEVAR A UNA ADICCIÓN?
Los seres humanos no deberíamos preocuparnos mucho por lo que sufrimos, sino porque muchos no sabemos sufrir.
El dolor es una señal que emite nuestro organismo y que puede ser física, moral o espiritual. Por medio del dolor podemos conocernos mejor y encontrar que nuestro sufrimiento tiene un sentido profundo. En la actualidad, la sociedad tiene como objetivo médico principal la erradicación del dolor y el sufrimiento, buscando aliviar y curar tanto el cuerpo como el alma del ser humano que los padece.
La experiencia del dolor varía de una persona a otra; se ve influida por aspectos no sólo orgánicos sino también psicosociales; y tiene como función limitar el daño, por lo que está presente en la mayoría de las enfermedades.
En condiciones normales, el dolor es una señal de alarma que indica que algo no funciona normalmente; por ende, el dolor se puede aliviar cuando se elimina la causa.
Sufrimiento y dolor existencial
Cuando nos separamos de aquello a lo cual tratamos de aferrarnos, sufrimos. Por ello, el cambio nos parece sufrimiento y tanto el mundo como sus constantes transiciones son causa de sufrimiento. Sin embargo, no lo serían si disfrutáramos los cambios, pues son oportunidades que nos permiten conocer más profundamente la naturaleza de las cosas y de los seres humanos.
Dolor físico
El dolor parte no sólo de un estímulo físico sino también de la compleja interacción de varios factores, como los estados emocionales, el desarrollo espiritual, el acondicionamiento cultura el temor a la enfermedad causante del dolor, el temor a que la muerte sea la consecuencia final, y la percepción de la propia condición en relación con la causa del dolor. Además de la percepción de las circunstancias totales de la vida, la forma como aprendimos a relacionarnos con el dolor en la infancia, la fatiga e incluso, en algún momento, el grado de distracción del dolor, influyen en la sensación.
Control del dolor
El dolor de cada individuo es personal y está basado en sus experiencias y expectativas de vida, así como en los demás factores mencionados, por lo que no hay reglas generales para poner fin o reducir éste.
Al aliviar el dolor existencial se reduce el dolor físico; por ende, el dolor y en particular el sufrimiento, que es el componente psíquico del dolor, puede ser el mejor maestro de la vida.
Cuando la persona no consigue aliviar su malestar, ya sea dolor físico o emocional, comienzan a frustrarse y terminan acudiendo a cualquier recurso que les genere “alivio”, lo cual incluye las drogas y ahí es que se puede detonar una ADICCIÓN.
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