LA EPIDEMIA DE LA ADICCIÓN
Lamentablemente, ninguna persona se encuentra exenta a padecer una adicción.
Aunque de manera directa no estemos pasando por un consumo nos vemos repercutidos cuando alguien que conocemos y frecuentamos si presenta esta condición y cuando esto sucede podemos salir afectados, ya sea de manera física, psicológica o social.
Aun si fuera el caso de que no conociéramos a ninguna persona con adicción, nos vemos afectados, estamos pasando por una Pandemia de Adicción, y por el solo hecho de vivir en una sociedad con tantos casos de esta enfermedad estamos en riesgo de contraerla o que alguno de nuestros seres amados la contraiga.
Vivir en una sociedad de adictos también significa vivir entre seres humanos que de forma creciente son incapaces de entablar o mantener relaciones interpersonales estrechas. Cuando se crece en una familia proclive a la adicción, (cosa que está sucediendo cada vez con mayor frecuencia), a menudo no se aprende a relacionarse íntimamente, y los que se convierten, a su vez, en adictos, se vuelven aún más incapaces de amar, honrar o proteger a nadie ni a nada que no sea su próxima incursión en el consumo, cualquiera que sea éste.
A medida que aumenta el índice de adicción, también aumenta el riesgo para la seguridad de todo aquel que sale de su casa cada mañana sea o no sea consumidor ya que la cantidad de delitos relacionados con la adicción se está elevando rápidamente, de igual manera nuestra seguridad cotidiana también se ve amenazada por ejemplo por la presencia de conductores de automóviles, aviones, colectivos, que son adictos y que como consecuencia su consumo termina en accidentes en los que inclusive se llegan a perder vidas y de igual manera como se plantea este ejemplo podemos estar relacionados a diario con personas adictas y no lo sabemos, puede ser que la persona a la que cada mañana saludas al ir por tu café, te esté saludando siempre bajo los efectos de psicotrópicos, o que él o la maestra de tus hijos o hermanos también este pasando por esta difícil situación.
Al igual que el adicto individual, nosotros, como sociedad adicta, estamos perdiendo cada vez más el control. Y como comunidad, también debemos de aportar a esta problemática, la mejor manera de hacerlo es ayudar a nuestro familiar o ser querido a que puedan recibir la atención necesaria para trabajar con su adicción, buscar ayuda profesional puede marcar la diferencia.
¿Tienes dudas de cómo ayudar a algún familiar?
¡Contáctanos, nos encantaría escucharte!
Comunícate con nosotros al (443)-3-13-99-26.
¡Gracias por visitar nuestro blog!
¡Cuidamos lo que más amas!