LAS HUELLAS QUE QUEDAN CUANDO LA MADRE ESTA AUSENTE

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Una madre que se ausenta con frecuencia y por largos lapsos, deja una herida emocional profunda y dolorosa, difícil de sanar.

Sentir el calor de una madre, atención y cariño es una de las necesidades más grandes que el ser humano puede experimentar a lo largo de la vida.

Siendo el primer terror que conoceremos, el miedo a perderla, pocas cosas habrá que necesitemos más, tener una madre ausente que no nos ayude cuando lo necesitemos, no habiendo nada que nos compense esta parte.

En esos primeros momentos de vida somos capaces de aceptar y soportar cualquier cosa que ella haga, llegando a soportar críticas o desprecios siendo capaces de perdonarla a pesar de esto, ya que no nos atrevemos a cuestionar lo que nos hizo, es más nos culpamos a nosotros mismo por haber desatado algún enojo, siendo un temor grande su abandono.

Por más tiempo que haya disponible a veces tendrá que ausentarse, dejándonos solos aunque sea por lapsos breves, ya que al ser pequeños no se conoce el tiempo y no sabemos que volverá, al crecer poco a poco aprendemos a lidiar con esas ausencias aunque se signifiquen dolor y miedo; siendo abierta una herida en el corazón si la madre se llega a ausentar, que al una madre estar ausente totalmente el daño emocional será tan grande que dejara una huella permanente en la mente, sobre todo si ocurre durante los primeros seis meses de vida.

Una madre ausente puede ser el ejemplo de que hay personas que llegan a la vida adulta y aún están aterradas de aquellas situaciones en las que se tiene que estar a solas, cuando no hay nadie en casa, sintiendo un pozo en su interior llegando a sentir que se ahogan. La ausencia tambien podría estar o desarrollarse en trastornos del sueño o de la alimentación, ya que puede convertirse en una manera de cobrar una deuda ya que la madre del bebé quería que comiera o durmiera su respectivo hijo, manipulándolo en entregarle su presencia incondicional.

Una madre ausente con frecuencia puede inducir a estados fuertes de ansiedad en su hijo, ya que hay miedo de que se vaya, pero tambien de que vuelva, ya que no se sabe si se irá de nuevo, es lo que llamamos angustia de separación; existen madres que para controlar a sus hijos amenazan con abandonarlos por no obedecer, no dejándole escapatoria al niño.

En cuanto a las secuelas de una madre ausente se desarrolla un problema de comportamiento en forma como puede ser alejamiento, desesperación y protesta, la ausencia no enciende cariño al contrario enloquece emociones, bloqueando sentimientos amorosos y cultivando odio por entrar a un círculo vicioso de querer y perder una y otra vez. Dando lugar a seres humanos distantes y tristes. Ya que se pierde la esperanza de que alguien pueda responder a las necesidades o incluso amarlos, siendo candidatos a crear dependencia absoluta que tienen como fin fracasar.

La ausencia de una madre o un padre puede detonar una adicción, por emociones y sentimientos mal canalizados como la angustia de separación, también puede detonar trastornos de ansiedad, así como cuadros depresivos entre otros trastornos mentales.

 

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