Pautas para el fortalecimiento familiar
Guía para padres acerca de cómo tratar de mantener a los hijos lejos de las drogas, y para ayudarlos cuando los creemos en peligro. El problema de la falta de límites y la importancia de la comunicación.
Todos sabemos que en la actualidad existe en nuestro país y en todo el mundo un grave problema: la drogadicción. A muchos de nosotros nos preocupa la forma en que el mismo puede afectar a nuestras familias. Como padres deseamos lo mejor para nuestros hijos: que crezcan sanos, felices y bien preparados para enfrentar los desafíos del futuro. Pero muchas veces nos sentimos impotentes para proteger a nuestra familia de la amenaza de la droga.
En la actualidad, el uso difundido de las drogas somete a nuestras familias a presiones desconocidas hace tres o cuatro décadas. Es importante que los padres de familias nos preparemos para hacer frente a este problema desde el seno de nuestro hogar. Esto concierne a familias que desean evitar la droga en su hogar o bien a aquellas familias que han tenido un hijo con esta problemática y su meta es preparar cambios necesarios en esta para sea un ámbito de mayor contención y soporte para un familiar recuperado.
Las familias han cambiado, hace tiempo atrás las relaciones entre padres e hijos eran muy rígidas y en estas no había espacio para la libre iniciativa y la creatividad. Los hijos eran tratados como pequeños adultos y eran objeto de castigos físicos, malos tratos y permanentes frustraciones sin tener en cuenta sus necesidades y derechos. Tampoco se consideraba la importancia de la comunicación y del rol fundante del afecto en el desarrollo de la personalidad sana.
Afortunadamente con el advenimiento de las nuevas ciencias, como la psicología, las relaciones entre padres e hijos fueron mejorando, a tal punto, que hoy día un hombre puede demostrar afecto a su hijo sin que sea mal visto. Hoy día encontramos padres excesivamente permisivos que confunden amor con dejar al hijo hacer lo que quiera, sin ningún tipo de límites, sin darse cuenta que los límites de acuerdo a la edad y necesidades de los hijos sirven para protegerlos.
Algunos padres quieren educar a sus hijos sin frustraciones, haciendo que todo lo que vivan sea placer. Un joven así no podrá enfrentarse a la vida, a la realidad ya que en esta siempre habrá frustraciones y optará por evadirse.
También aquel joven que sólo recibió frustraciones será una persona frustrada que seguramente también optará por evadirse de esa realidad.
El amor cuanto la frustración hacen crecer a una persona. Lo mismo pasa con los límites; si estos tienden a sobreproteger al hijo, lo ahogan y lo asfixian, convirtiéndolo en un persona dependiente. Es el caso típico de un joven de 18 años que no le permiten ir a bailar por miedo a que algo le suceda.
Contrariamente, los padres que no ponen límites a sus hijos favorecen el desarrollo de una personalidad de características delictivas, y que la imagen de autoridad que no le fue transmitida en el hogar sea buscada a través de conductas transgresoras en autoridades sociales.
La experiencia clínica nos muestra que los padres que no ponen límites lo hacen básicamente por tres razones:
1) Por miedo al rechazo por parte de los hijos.
2) Por miedo a ser considerados como anticuados.
3) Por comodidad, ya que es más fácil decir siempre «SI«.
4) Por haber crecido también ellos en un ambiente sin límite alguno.
Acciones para el fortalecimiento familiar
Cada familia tiene expectativas de comportamientos determinadas por principios y normas que son los valores. A fin de aclarar los valores de su familia es importante que:
- Nos comuniquemos abiertamente para que nuestros hijos los conozcan. Hable acerca de porqué son importantes ciertos valores como la honestidad, la confianza en sí mismo y la responsabilidad, y la forma en que los valores ayudan a las personas a tomar decisiones acertadas enseñe a sus hijos que cada decisión se basa en decisiones anteriores y que una decisión acertada facilita la siguiente.
- Reconozcamos que las acciones de los padres afectan al desarrollo de los valores de sus hijos, es decir, los chicos copian el comportamiento de sus padres. Por ejemplo: cuando los padres fuman es más probable que los hijos sean fumadores. Evalúe su propio uso del tabaco, del alcohol, de los medicamentos recetados y aún las drogas de venta libre. Considere la forma de que sus actos y sus actitudes pueden estar influyendo las de cisiones de sus hijos, acerca del uso del alcohol y otras drogas.
- Cuídese de que sus actos coincidan con sus palabras.
- Reconozca cuando se equivoca.
Queda claro nuestra responsabilidad como padres para establecer normas para protegerlos y que remitan a su bienestar, aunque muchas veces ellos no entiendan el porqué. Sin embargo el establecimiento de normas es solo la mitad de la tarea. debemos estar preparados también para imponer castigos cuando las normas no se cumplen. A esto fines recomendamos:
1-Sea especifico. Dígale a su hijo* cuales son las normas y que comportamiento se espera. Converse con el sobre las consecuencias de la falta de cumplimiento de las normas: Cuales serán los castigos, en qué forma se aplicaran, cuanto tiempo representan y cuál es el propósito del castigo.
2-Actúe coherentemente con su cónyuge. Ante todo póngase de acuerdo con respecto de las normas y castigos. Es muy negativo que un padre imponga un castigo y el otro no lo haga cumplir, o que el hijo se ampare en alguno de los padres para no cumplirlo.
3-Sea razonable. No agregue nuevas consecuencias que no hayan sido convenidas. Evite amenazas irreales como: «Tu padre te va a matar cuando vuelva a casa», en cambio reaccione con calma y aplique el castigo que su hijo espera recibir.
4-Sea firme, respete su palabra.
5-Recuerde que los castigos tienden el propósito de servir como aprendizaje. Siempre UN LÍMITE DEBE TENER UN PORQUE, que debe ser explicado a su hijo y este porque debe remitir a su propio bienestar. Los castigos no deben ser físicos sino perdidas de privilegios. Perderá privilegios más grandes cuanto mayor sea la norma transgredida.
6-Ejerza la autoridad de padre con amor. No se una al grupo de amigos «rejuveneciéndose» y siendo un amigote más.
7-Eduque a sus hijos ejercitando su autonomía. Jóvenes cuya autonomía ha sido desarrollada en el hogar a través del estímulo, el reconocimiento y el respeto de las buenas decisiones cotidianas, así como la reprobación de sus desaciertos, estarán mejor capacitados para enfrentar por sí mismos la abstención acerca de las drogas. No haga las cosas por su hijo, enséñele a hacerlas y que él las haga por sí mismo. Hay dos formas de criar hijos inútiles: decírselo permanentemente hasta que crea que es verdad o bien hacer las cosas por él.
8-Comuníquese con su hijo, sepa escucharlo, dele tiempo para conversar, apague la TV en las comidas y cuando está conversando con él.
9-Sea siempre generoso con los elogios. Use la connotación positiva, si nuestro hijo tiene el pelo desprolijo y largo es mejor decirle «que bien que te quedaba el pelo corto» antes que decirle «que mal que te queda el pelo largo».
10-Los jóvenes necesitan padres con firmes convicciones, que no sean despóticos ni injustos, que puedan reconocer sus errores y aprender de éstos.
Comunicarse con su hijo
La comunicación es de vital importancia. Una familia que se comunica es una familia sana. He aquí algunas sugerencias básicas para comunicarse con su hijo:
* Aprenda a escuchar.
* Preste atención sin interrumpir hasta que él termine de hablar.
* Hago contacto visual con su hijo mirándolo a los ojos.
* Preste atención al lenguaje corporal.
* No siempre se necesita una respuesta magistral. Puede que no la sepa. El solo hecho de escucharlo y que pueda expresar lo que siente es liberador.
No existen vacunas contra la droga ni soluciones mágicas, solo los valores y normas familiares opuestos al uso de drogas, en combinación con un fuerte vínculo entre padres e hijos y una comunicación abierta, promoverán el desarrollo saludable y reducirán las posibilidades de que nuestros jóvenes recurran a las drogas.