La negación en el adicto: “Puedo controlar mi consumo”.

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La negación es uno de los elementos más comunes en todas las adiciones, sin importar la clase de sustancia o conducta que genere la dependencia, suele representar uno de los mayores obstáculos en el proceso de rehabilitación. Este mecanismo mental dificulta el reconocimiento de la enfermedad, donde el adicto busca ocultar su problema, distorsionando la percepción que tiene de sí mismo y justificando las acciones que lo llevan a consumir.

El adicto usa la negación como un escudo, que le permite seguir con su modo de actuar a pesar de los efectos negativos que pueda presentar. La negación funciona como una burbuja donde todas sus acciones tienen un motivo justificable y lo mantienen atrapado en su adicción.

La negación responde a un mecanismo de defensa que genera una falsa percepción de control, y permite al adicto seguir con su consumo. Es una característica que aparece en la mayoría de las personas durante todo el proceso de adicción, y permanece incluso, en situaciones donde el consumo ha invalidado varias áreas de su vida (trabajo, relaciones, actividades de ocio). Uno de los mayores desafíos en el proceso de recuperación, es que los adictos no son conscientes que utilizan la negación, no aceptan que tiene una enfermedad, dificultando su apego al tratamiento o el considerar visitar un centro de rehabilitación o incluso ir a terapia.

El hecho de que un adicto sea consciente de que tiene un problema se considera un elemento clave para su recuperación. No todos tenemos el mismo nivel de autocontrol y de autocrítica, factores que nos apoyan a identificar cuando un consumo se convierte en abusivo, lo cual a su vez combate este mecanismo de negación.

La familia juega un papel importante en el reconocimiento y enfrentamiento del problema, se dan cuenta que su ser querido presenta una adicción. La intervención de la familia no solo ayuda al adicto a comenzar su camino hacia la recuperación, también ayuda a romper el ciclo de la negación, abriendo puerta al cambio de las dinámicas en el hogar y mejorar la comunicación.

Aunque a los adictos les cuesta aceptar su dependencia y pueden negar su enfermedad incluso en situaciones extremas, la intervención de la familia y la evidencia de su adicción pueden romper este mecanismo de defensa, siendo un paso fundamental hacia la recuperación.

Una vez que el adicto reconoce su enfermedad, el proceso de recuperación puede incluir:

-Terapia individual y de grupo: La terapia ayuda a los adictos a entender y manejar los factores que contribuyen a su adicción.

-Apoyo familiar: Involucrar a la familia en el proceso de recuperación puede proporcionar un sistema de apoyo sólido.

-Desarrollo de nuevas habilidades: Aprender nuevas habilidades para enfrentar el estrés y las emociones puede ayudar a prevenir recaídas.

-Establecimiento de metas: Establecer y trabajar hacia metas a largo plazo puede dar a los adictos un sentido de propósito y dirección.

Enfrentar la adicción con honestidad y apertura es el primer paso hacia la sanación y construcción de un futuro más saludable y esperanzador.

 

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