¿QUÉ ES LA LUDOPATÍA?
Con la introducción y desarrollo de las nuevas tecnologías y su impacto en la sociedad, fundamentalmente entre niños y adolescentes, se genera una nueva preocupación en la esfera social, esencialmente por las consecuencias negativas que se pueden derivar de su uso inadecuado, aunque existen estudios que demuestran los efectos beneficiosos que estos recursos brindan a la sociedad, sin dejar de reconocer también el enorme poder adictivo que estas nuevas tecnologías ejercen.
Los adolescentes están más expuestos a adoptar conductas adictivas, aunque no todos caen en la adicción, los más propensos son aquellos que tienen una personalidad vulnerable, una estructura familiar débil y relaciones sociales pobres o los que sufren la presión del grupo y el estrés.
Visto el juego como una actividad de gran importancia, significativo en el desarrollo y evolución del hombre, no representa una problemática; sin embargo, si se realiza de forma compulsiva, puede llegar a convertirse no solo en un problema de salud, sino también en una adicción, denominada juego patológico o ludopatía.
La ludopatía se ha definido como un impulso irreprimible de jugar y/o apostar. La palabra se origina del latín: ludus, que significa “yo juego” y la palabra griega pathos, que significa afección, enfermedad o pasión por el juego. Guarda una estrecha relación con las prácticas adictivas, las cuales conllevan a una dependencia psicológica, más que física del individuo y a pesar de que no existe el consumo de una sustancia nociva para el organismo, el deseo compulsivo por jugar se traduce en una adicción, que en la actualidad se le otorga una mayor trascendencia, ya que cada día aumenta la cantidad de personas que comienza a padecer esta patología.
El juego patológico también se ha definido como una enfermedad crónica y progresiva consistente en la falta de control en los impulsos y un deseo irreprimible de participar en juegos de apuesta. Es una conducta descontrolada relacionada con los juegos de azar y las apuestas, se refiere a las actividades en las que se realizan apuestas y como componente prominente se encuentra el azar, incluye todos los juegos de azar y apuestas como las máquinas tragamonedas, bingos, casinos, loterías, cupones, cartas, ruletas, dados, dominó, peleas de animales (gallos, perros), carreras de caballos, entre otros, y más recientemente, las apuestas por internet.
En el caso de niños y adolescentes también es importante destacar el juego en las maquinitas de apuesta que se encuentran fácilmente a su alcance, pues se ubican en tiendas o centros comerciales y están dirigidos a esta población. Estas máquinas pueden propiciar el inicio del trastorno en los jóvenes.
Apostar significa estar dispuesto a arriesgar algo que valora con la esperanza de ganar algo de mayor valor. Esto puede estimular el sistema de recompensa del cerebro de forma similar a como lo hacen las drogas ilícitas o el alcohol, por lo que genera adicción. Una persona con problemas de juego compulsivo, posiblemente haga apuestas constantemente que lo lleven a perder su dinero, agotar sus ahorros y endeudarse. Aunque en un principio la adicción al juego puede parecer inofensiva, en realidad es una afección grave que puede destruir vidas.
De acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V), se ubica en la categoría de trastornos del control de impulsos, además, se integra a la clasificación de adicciones, debido a las similitudes tanto en su expresión clínica, etiología, comorbilidad física y tratamiento, con las adicciones a sustancias psicoactivas.
Signos y síntomas:
- Estar preocupado por apostar. Planificar actividades con apuestas constantemente, y estar pensando en cómo obtener más dinero para apostar.
- Necesidad de apostar cantidades cada vez mayores de dinero para sentir la misma emoción.
- Sentirse intranquilo o irritable cuando intenta dejar las apuestas.
- Apostar para evadir los problemas o aliviar sentimientos de impotencia, culpa, ansiedad o depresión.
- Intentar recuperar el dinero perdido apostando más.
- Poner en riesgo o perder relaciones importantes, en el trabajo u oportunidades educativas debido al juego compulsivo.
Como en todas las conductas adictivas, el impacto de la ludopatía va más allá del jugador, incluye a la familia, las amistades y el entorno laboral y social, en la actualidad existen evidencias de manifestaciones desde la etapa de la infancia y la adolescencia, grupo que ha sido identificado con gran vulnerabilidad donde la exposición al juego durante esta etapa, es un factor que predispone a esta enfermedad, comenzado con los videojuegos y cuanto más atractivo es, más adicción causa, si además los adolescentes no cuentan con el control y límites establecido por los padres, causará una conducta adictiva.
Es crucial buscar ayuda profesional cuando la ludopatía comienza a interferir significativamente en la vida diaria y causa problemas importantes en diversas áreas de la vida. La terapia cognitivo-conductual, el asesoramiento financiero y el apoyo de grupos de autoayuda pueden ser útiles en el tratamiento de la ludopatía y en la recuperación de la persona.
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